En el campo de la química era más en lo que concordaban que en lo que diferían, por eso mismo no podían permanecer juntas por mucho tiempo más. Ambas eran letales, venenosas, destructivas y sigilosas. Dos rosas negras con espinas, en una retorcida enredadera de mentiras. Dos corazones ponzoñosos, uno más cruento que el otro, quizás...
No puedo hablar por ambas, sólo a través del dolor que se desprende de una herida.
Una de ellas era por demás hermosa, naturalmente cálida, sencilla por fuera y estratega por dentro. Todo en ella era una invitación, todo en ella era bienvenido, perfectamente aceptable.
La otra, sin embargo, era lo que podía ser. Lo que todos esperaban que fuera, o lo que a nadie le importaba. Nunca la primera, siempre la sombra de quien le tapaba el sol. Con un disfraz de piedra para contrarrestar la fragilidad de su alma. Ocultaba su velo bajo una sonrisa, su inseguridad bajo la fría indiferencia, y su corazón bajo una feroz coraza. No por eso su escencia era mejor que aquella otra que destilaba perfección, sino que era por eso que se sentía vulnerable y culpable.
Aún así, detrás de las apariencias y del exuberante cariño que se tenían a raíz de su compañia, la rivalidad era innevitablemente fornida y caótica. Cada una con sus tácticas, dislumbrando el objetivo y ocultando sus intenciones.
Las dos eran proyecciones de sí mismas, sufrían y luchaban por igual. No hay víctimas en esta historia. Todo magnificamente equilibrado, cada accionar en respuesta de otro, cada estrategia acorde a cada debilidad, ventajas y desventajas, a favor y en contra.
Y es así como nada pudo volver a su lugar. Una vez que un vínculo se corrompe, cuando se quebranta la transparencia, ya no se puede volver atrás. Porque al menos por un instante la rivalidad pesó más que todo lo vivido, que los recuerdos que hoy duelen, que un corazón roto.
¿Cómo se puede recobrar la confianza una vez perdida?. ¿Si uno de los corazones se estaba quebrando por qué no su querer?. Quizás una de las dos era más necia que la otra. Pero ¿cuál?. ¿La que a modo de despecho la traicionó cuando ya no había más nada que ganar o la que aún así quizo perdonarla, la que la apreciaba de todos modos?. Fue una relación confusa, sólo ellas lo entienden. Sera porque a simple vista estaban unidas en demasía, pero al final lo que terminó con ellas fueron todas sus similitudes, todas sus espinas.
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