Dale.
Levantate.
Peinate
así.
Maquillate.
Ponete
“linda”. (Auch)
¡No
podes estar todo el día tirada!. ¿Qué te pasa?. ¡Todo te da igual! Es horrible
verte tan desganada. Tenes “todo” para estar bien, y siempre te vemos triste.
No tenes motivos para sentirte así. Pareciera que te gusta sentirte mal. […]Nosotros
te queremos ayudar y nos tratas mal. ¡No se puede decirte nada!. No aceptas
críticas ni reconoces tus propios errores. Sos así con todos. ¡Sos tan injusta!.
[…]Es una lástima que dejes esa materia, cursaste todo el cuatrimestre como
para que te rindas ahora. Dale estírate un poco más. […] ¡Dale! ¡Anda a buscar
un trabajo! No podes seguir así. Con lo difícil que está conseguir trabajo,
¿cómo no vas a hacer lo que espero?. ¿Lo conseguiste cómo quería? Excelente,
anda aunque te mueras de cansancio. No, no, no, no nos importa que no quieras.
Acá si sos diferente te señalamos. […]Quiero hablar con vos. No podes estar
todo el día sin comer, te estás cayendo otra vez. ¿Te queres morir?. Decime qué
te pasa, ¿no confías más en mí?.
¿Me podes decir que le
pasa? Yo ya no sé qué hacer. Estoy muy decepcionada de ella. Dale, anda a transmitirle
todo lo que te digo. Paranoiquemosla, total no le importa nada. ¡Quiero su
atención!. ¡Saturemosla!. Quiero que haga todo lo que queramos. ¡Invadamosla!.
Interfiramos en sus decisiones. Dale, copate y ayudame a exprimirla. ¡Quiero
que sepa cómo me siento!. ¡Que se sienta culpable!. ¿Cómo que se rebela? No, no
y no. Si no se porta como esperamos está actuando mal. […] Tiene que rendir en
la Universidad, que venga a decirme en la cara que quiere dejar esa materia,
mira que cualquier cosa yo no sé nada eh, que me lo diga ella. Que vea el daño
que me causa haciendo eso, que le pese su desición, o mejor, que se arrepienta
y termine haciendo lo que espero.[…]¿Cómo que no va a volver a ese lugar? Yo en
su lugar hubiera asistido hasta fin de mes… Tiene que ser fuerte, no está lista
para la vida. Es mi culpa que ella sea tan inútil. No, no, no… no es aceptable
su comportamiento. No es lo que yo hubiera hecho.[…] ¿Vos sabes qué piensa
hacer con el proyecto del cual yo la obligué a hacerme parte? ¿Cómo que
no se está ocupando? No, no me importa que sólo le quede un día libre a la
semana. Que cumpla. Que cumpla con t o d o.
[…]Siempre
estás con esa cara. Tenes una mala onda cuando te despertas… ¡Estás todo el
tiempo de malhumor flaca!. En vez de ser agradecida por todo lo que tenes, nos
desvivimos por vos, si te pasa algo somos los primeros en salir corriendo, “todo”
te damos…
¿ S i e m p r e v a s a
s e r a s í ?
Bueno. ¿No será un poco mucho?. Me siento en
el mundo de la contradicción cuando se preguntan, por ejemplo, por qué soy autoexigente,
insegura o tan temerosa al fracaso… Cómo no esperar que tenga una baja estima
de mi misma, o acto consecuente, que no tenga conductas autodestructivas.
Soy fría, claro que lo soy, si me encierro
sin tener motivos. Está a la vista que no los tengo, ¿no?. Qué necesidad
tendría yo de aislarme, soñar con ser libre. Si después de todo lo soy, ¿no?,
claro que sí, se nota…
Hablando enserio, ¿cómo no voy a estar tirada?
Tanta presión me asfixia hasta el desmayo, y puedo asegurar que así cualquiera
se siente desganado. Vivo la contradicción todos los días cuando la genuina preocupación
se corrompe con los deseos egoístas. Una combinación tan enferma como desgastadora.
Parece que hoy soy una rebelde, será que ayer era una dócil infeliz. Si siempre
cumpliste las expectativas de todos y un día te cansaste pasas a ser una
egoísta en un microsegundo.
Me cansé de
prestar atención, de comportarme en función de la perspectiva ajena. No quiero
convertirme en un ente para que vivan a través de mí, o ser ese algo ideal que
encaje perfecto en los planes de otra persona. Reiniciada y configurada a la
perfección. No. Quiero ser yo sin ser juzgada, hacer y deshacer como me plazca.
Encajar con mis “virtudes” y “defectos” sin que tengan que recortarme el alma
para encastrar con otra pieza en el rompecabezas de la vida.
Pero bueno, ¿cansada de qué? - ¿triste por qué?. Una
mezcla de nada y todo a la vez, tan relativo acorde al ojo que me puede ver o
al que sólo me juzga. Las respuestas a esas preguntas, osea los motivos, son
invisibles o están demasiado a la vista. No niego que tenga serios problemas de
insatisfacción, pero no por eso su perspectiva es el perfecto retrato de la realidad.
Cuando era chica, en la liviandad de una vida sin presiones disfrutaba los veranos jugando en la pileta. Solía jugar con una pelota playera llena de aire, todo comprimido dentro, la hundía aplicando mucha fuerza sobre la misma hasta el fondo de la pileta. De pronto, a raíz de tanta presión la pelota se escapaba del dominio de mis manos y con gran impulso salía a la superficie, e inclusive caía por fuera de la pileta y se estrellaba contra el piso en reiteradas oportunidades...
Evitemos la moraleja obvia, y entendamos que hay cosas que se pueden evitar a tiempo.