Sentí mariposas para luego despertar. Inconsciente en una absurda felicidad que me despoja de mi ser, se sumerge en mis sentidos y quiebra mi razón. Me ilusiona, me pierde, se desvanece, hasta que vuelvo a mí.
¿Qué es lo que me apresa y despierta mi sentir?. Es tu insolencia, tu desfachatada carencia de fe que me tienta a insistir. Y así volver y perecer nuevamente, una y otra vez sólo por ti. Y al final desfallecer entre tus brazos, en la gloria.
Sin más dolor, sin más fuerzas, sin más amor que el que te dí; ya no existo, ni persisto en la inconstancia de vivir.
El fuego me consume mientras mi corazón se vuelve cenizas. Una última mirada hace que todo cobre sentido y mi alma se quiebra mientras te sonrio. Porque juntos somos mi muerte y así lo prefiero. Desgarrarme en un instante, sentir hervir mi sangre sólo por mirarte. Consumirme hasta liberarme.
Todo eso anhelo, porque la peor de las miserias es vivir adormecida en una existencia llena de supiros vacios. Sufrir vale la pena, porque en el dolor hay vida y enamorarme es mi fin.
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