sábado, 26 de enero de 2013

Tormento de iras divididas.



Es un odio repentino que me corre por las venas y me acelera el corazón.
Desesperación que me corta la respiración y me encierra en soledad.  
Decepción  que me electriza y me hace enojar, no puedo evitar castigarlos, es mi naturaleza. ¿Si no tengo clemencia  conmigo misma, por qué tenerla con los demás?.
Estoy sometida en el caos más enfermo y sólo aspiro a salir derribando paredes, lo siento si te caen encima, son las mismas que levantaste sobre  mí.
Necesito tirar abajo esa puerta y no volver nunca más. Olvidar los lamentos y saber que puedo hacerlo por mí misma.
¿Por qué no confiaste en mí?, te deteste por eso.
¿Por qué tuviste que morir? Me partió a la mitad.
¿Por qué me pasaron por encima? No los puedo perdonar.
¿Por qué me fallaste? No soy digna de ser un ejemplo, pero no puedo evitar torturarte.
Te odio, la odio, los odio.
Cada día que pasa es una ficha más perdida en una estúpida apuesta. Una razón más por la cual estar siempre alerta.
Los voy a mandar al diablo, tomare mis cosas y saldré corriendo, nadie va a ir detrás de mí, pero seré miserablemente feliz sintiendo el viento en mi cara fingiendo que voy a estar bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario