jueves, 16 de mayo de 2013

Mi cabeza no para.



¿Qué está bien?, ¿qué está mal?, ¿qué sentir?, ¿por qué hacerlo?, ¿por quién llorar?, ¿por qué llorar?, ¿cómo reír?, ¿cómo seguir?, ¿voy a estar bien?, ¿voy a sobrevivir?... ¿Cómo me siento?, ANGUSTIADA. TEMEROSA. CULPABLE.

...

Quiero llorar, pero mis ojos se hartaron de mi alma tan quebrada.
Cada lágrima que lloré se evaporó en este desierto.
Es que el sol se fue y me cuesta ver un espejismo de fe, entre tantas tormentas de viento.