Los últimos meses se hicieron eternos, cubriendo de dolor cada día que transcurrió desde los primeros dias del año. Tengo el corazón astillado, con cada esfuerzo por respirar se siente la presión, aquella que no me permite olvidar ni una sonrisa, ni una lágrima de aquel tiempo que se fue.
Me siento perdida en esta realidad asfixiante, donde estoy sola enfrentando al mundo. Todos estamos solos, con nuestra existencia a cuestas, haciendo día a día un pequeño esfuerzo para que todo valga la pena.
Estamos solos, frente a la vida y sus caprichos, sorteando obstaculos intentando no caer. Pero somos seres humanos, inperfectos, con positivas y negativas, ¿Por qué nos dejamos caer? ¿Por qué nos cuesta tanto levantarnos luego?. Sí, es nuestra obligación, y estamos SOLOS con nosotros mismos.
Este tipo de soledad es inminente, pero existe algo más alla, en nuestra propia soledad si mirarmos hacia los costados vamos a encontrar más personas solas, corriendo la misma carrera, creciendo, sonriendo, llorando, riendo, transitando esta vida con vos. Ver eso quiza es un alivio, calma un poco la incertidumbre y los miedos que nos acechan, ese vinculo que se genera, ese puente con la otra persona es mágico, es AMISTAD, nos sentimos acompañados, tenemos dos manos más para correr las piedras del camino. Nos sentimos más livianos con la certeza de que la otra persona está con vos en un pacto que está explicito, uno que nunca hizo falta ser mencionado, aquel que avala todo comportamiento para defender el vinculo ante cualquier advercidad.
Cuando el "pacto", esa promesa de amor y amistad deja de funcionar, algo anda mal, algo se quebró y no está llenandonos como antes, empezamos a sentir un vacio que de a poco se hace más grande, sentimos la ausencia y aún más latente esa soledad que cargamos desde que nacemos.
Cuando nos falta nuestra otra mitad muchas faces de nosotros se vienen abajo, perdemos la sonrisa espontanea, las ganas, lloramos el tiempo que se nos escapa angustiosamente, sin poder revertir nada de lo que acontenció. Nos queda un vacio en el alma, parte de nosotros muere con ese vinculo, lo que nació de esa relación ya no existe y es muy largo el camino de recuperación que nos espera. De todas formas, por más que pase el tiempo ya no volvemos a ser lo mismo, sabemos que algo cambió y nos cuesta mucho aceptarlo.
En mi vida tuve la oportunidad de pasar por esto, no pretendo olvidar nada, me llevo recuerdos que en su momento me hicieron muy feliz. Más alla del fracaso, los seres humanos nos equivocamos, las relaciones son de a dos personas, un 50% y un 50%, dos inperfectos con el mismo porcentaje de errores y aciertos. Desde mi parte hice lo posible para mantener esa promesa, ese "pacto", que no haya sido suficiente es muy triste, pero soy conciente de que puse lo mejor de mi, aposte todo en una relación y no me arrepiento, porque fue una de las más hermosas y sinceras que tube en mi vida. Ella era mi otra mitad, debe ser por eso que aún me duele como el primer día. Me sentí desplazada y olvidada. Me vi en situaciones nuevas, con muchos temores, pero puedo asegurar que nunca la olvide, ni la reemplaze, eso es ciertamente imposible. Pero no guardo rencor, no, con ella no. Ella era mucho, y aún lo es. La amo más alla de cualquier distancia, tanto que pense infinidades de veces volver a buscarla, pero el miedo al rechazo es fuerte. Lo cierto es que ella ocupo un lugar más que privilegiado en mi vida, porque así se lo merecía, y jamás le reste importancia, siempre estubo ahí, en su pedestal, por encima de los demás.
Es así como ella fue mi conpañera por mucho tiempo en está carrera, en esta vida, fue hermoso el tiempo que corrimos a la par, acompañandonos en nuestras soledades, conteniendonos, siendo nosotras. Lamentablemente nada dura para siempre, y ahora lidio con este vacio, ese espacio que ayer estaba tan lleno y hoy solo me dejo angustia. Solo pido que vengan tiempos mejores, quiza nunca deje de extrañarla, se llevo una parte de mi, y solo puedo confiar en el tiempo...
Así de está forma hoy estoy sola conmigo misma, tratando de seguir, aunque solo sienta oscuridad. En esta soledad me refugio, hasta que pueda volver a sonreír, sentirme completa, volver a armar el rompecabeza que quedo tan desordenado en este corazón.